Nada le pido a la vida, nada más que una siesta a la sombra.
A la sombra de todos los hombres, a la sombra de todas sus cosas.
No vendría mal un alma entre tanta carne roja.
Escapando del odio y la furia. Refugiándome en vos, mi última droga.
Siesta lávame toda esta humanidad en mí, que se vaya, que se vaya.
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