La elocuencia me hizo creer en mis propias palabras. Y empiece como empiece, todo acaba siendo menos de lo que yo esperaba. Y nunca se convence del todo a nadie de nada.
Tanto tragué, saboreé muy poco, buscando llaves que no abrían. Todos decían: que te vaya bien.
Tanto tragué, saboreé muy poco, buscando llaves que no abrían. Todos decían: que te vaya bien.
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