Un animal extraño se ha detenido al borde de un pozo seco sobre el camino. Es un animal bello, no lo defino. Tiene los ojos grandes como los míos. Y justo se detiene sobre el camino cuando se están abriendo tu recorrido del mío. Casi al abandonarte, al decidirlo, el animal se muere sobre el camino. ¿Qué voy a hacer ahora con su cuerpo y el mío? ¿Qué voy a hacer ahora sobre el camino?. ¿Lo dejo abandonado? ¿Lo entierro o lo cuido?. Somos tres en la vida: lo muerto, yo y el camino. Va parpadeando la noche sobre el camino. El horizonte se pierde, se prenden fuego los brillos. Curiosos son los lados de este camino, por uno va lo que viene... por el otro lo vivido. Miro al animal quieto sobre el camino, si parece estar vivo, como dormido. Qué extraña es la frontera entre lo ido y lo vivo. Cómo algunos que muy muertos parecen estar muy vivos. ¿Qué voy a hacer ahora con su cuerpo y el mío?¿Qué voy a hacer ahora sobre el camino?¿Lo dejo abandonado? ¿Lo entierro o lo cuido? Somos tres en la vida: lo muerto, yo y el camino.
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