La franqueza que escupo cuando hablo en mi contra.

Un puerto desierto, la boca del día, voy sin pensamiento y un perro suicida, un barco sin velas, tu voz que me tira... y subo a cubierta. Espejo del cielo, me espera otra vida, el mar mueve barcas, se lleva la mía, saludo en mi mente a la gente querida... y el puerto se aleja. No puedo olvidarte, no puedo ocultarlo, ya no!. No voy a quedarme si paso la vida pidiendo perdón. Que mueran los dioses ya viejos! viene la tormenta y aquí espero yo. Todas tus salidas siempre me llevaron a alguna prisión. Todas tus mentiras quemaron mis ojos, cambiaron mi olor! Sobre la cubierta recibo tu furia y todo tu rencor... no vas a quebrarme. Un mar tan abierto, otra vez el día, un tronco sostiene la esperanza mía. Camino en las calles, ciudades vacías y caigo en la arena. Mordiendo tu nombre, mi pecho respira, estoy ya tan lejos, donde yo quería, tu risa se escucha en la brisa en las noches que me robo tu alcohol... detesto tu risa!.