La franqueza que escupo cuando hablo en mi contra.

Estoy tragándome el dolor, mordiendo el polvo del amor. Vivo sola y encerrada en una gran habitación, esperando una maldita desición. Pensándolo un poco mejor, no sé quién te crees que sos, no me vas a hacer el juego, soy la luz y soy el gas y ya no me queda tiempo para vos. Es hora de volver a mí, a contar las cosas que me hacían bien, de verdad. Es hora de volver a mí, a cantar, yo necesito ver el sol, de verdad.